LAS CHORRERAS DEL RIO BAILON
Longitud: 13 Km
Dificultad: Baja
Tiempo estimado: 5 horas
Fecha: 29/12/12
Hola amigos, después de varios intentos fallidos de hacer esta ruta, por lluvia, por comidas, etc. por fin la hemos podido disfrutar antes de que acabe el año.
Quedamos a las nueve para salir de Carmona y tras pararnos a desayunar por el camino, llegamos a las 11:30h. al inicio de nuestra ruta, exactamente 2 Km antes de llegar a la cima de la ermita de la Virgen de Cabra, cuyas impresionantes vistas nos acompañaran en buena parte del recorrido.

Los 4 primeros kilómetros de nuestra ruta, son los mismos del sendero del río Bailón, el cual llega hasta Zuheros y al poco de comenzar, sorprende una gran planicie oculta en el corazón de la sudbética cordobesa.
Se trata de un Polje, una llanura de contorno irregular, cerrada por montañas.

Es aquí donde nace el río Bailón, el cual vemos en varios tramos con una buena capa de hielo, fruto de las bajas temperaturas registradas la noche anterior y que nos acompañara en parte de nuestro recorrido.

En nuestro camino por el Polje, atravesamos un pequeño bosque con grandes ejemplares de quejigos en la zona conocida como El Registro y que nos deja unas estampas propias de cuentos de hadas.

A unos 4 Km. aproximadamente dejamos el sendero que va hasta Zuheros y giramos a la derecha, pero algo que al principio parecía un bonito paseo por un prado verde, pronto se convirtió en un penoso caminar, por la cantidad de barro existente.

Tras este pequeño obstáculo, giramos a la derecha junto al arroyo de la Fuenseca, el cual nos acompañara a partir de ahora durante un buen tramo de nuestra ruta y que empieza a dejarnos bonitas vistas.

Hasta llegar a la primera de las chorreras, una cascada espectacular del arroyo Fuenseca, que no deja indiferente a nadie.

En esta estampa típica del Portal, con el arroyo, la hierba y las piedras, aprovechamos para hacer una parada técnica.

Donde no falto nuestro singular “red Bull”, acompañado en esta ocasión por taquitos de jamón en aceite de oliva y queso al vino tinto, casi ná, algo exquisito que realmente nos puso las pilas y que a alguno le ocupaba las dos manos.

Por el lado izquierdo de estas chorreras, subimos una corta pero empinada cuesta, que nos introduce en un precioso bosque, donde prácticamente todo estaba cubierto de musgo y donde en cualquier momento daba la impresión que podía aparecer un duende.

Seguimos andando en paralelo al arroyo de la Fuenseca hasta llegar a la segunda Chorrera.

Impresionante también como la primera pero al ser más abierta se podía observar mejor, por lo que aprovechamos para hacer una bonita foto de grupo.

La ruta oficial termina en este punto, pero nosotros decidimos continuar un poco más junto al arroyo y no nos defraudo, pues los bosques maravillosos se alternaban con el propio arroyo y nos regalaba vistas más propias del norte de España.

Poco después llegamos al Polje de la Fuenseca, otra bonita llanura rodeada de montañas, donde descubrimos como lo que parecía un simple agujero en la tierra, era el nacimiento de uno de los afluentes del arroyo, que hacía posible las chorreras y las estampas tan bonitas, que habíamos visto unos momentos antes.

A partir de aquí la cosa se complico, pues nos encontramos una valla y aunque dando un pequeño rodeo encontramos una puerta, nos entro la incertidumbre de que si era correcto continuar o no.
Después de una ardua deliberación y su posterior votación, decidimos continuar y aunque hubo momentos de incertidumbre por la cercanía de ganado suelto, pudimos llegar a la pista principal sin problemas.

Al poco de coger la pista principal, llegamos a la Fuente Navazuelo.

En este marco incomparable, rodeados de animales sueltos y con el ruido de fondo del agua y de los cencerros, dimos buena cuenta de los respectivos bocadillos, que entre la hora que era y el lugar, supieron a gloria.

Después de este merecido descanso nos encontramos otra cancela, aunque aquí el problema no era la propia cancela, si no el mastín que había detrás y que de verdad que acojonaba.
Después de pedir permiso pudimos pasar con mucho cuidado y ya más relajadamente, admirar el tono que iba cogiendo el paisaje con la caída de la tarde.

Tras un pequeño atajo, con el que pudimos cortar camino, a la vez que llenarnos los pies de barro y una fuerte subida, llegamos finalmente donde estaban los coches aparcados, completando así esta ruta circular, catalogada como una de las mejores de la Sierra Sudbética Cordobesa y de lo que podemos dar fe.

El resto de fotos, podéis verlas en el apartado de imágenes de senderismo de la web de nuestra Peña, espero que os gusten.
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