El senderismo nació en Francia en la década de los 40, allá por 1947, atribuyéndole su principal motor impulsor al francés Henri Viaux. En principio se trataba de una actividad relacionada con los deportes de montaña y que practicaba un reducido sector de la sociedad, sobre todo de la clase alta. Pero muy pronto adquirió un sello de carácter más popular y constante, marcado por el compromiso del respeto y entendimiento hacia el medio ambiente, el fomento del turismo rural, la cultura y el ocio.
Respondiendo sobre todo a la necesidad natural del hombre de volver a la naturaleza como lugar de convivencia y de ocio, mientras practica este deporte tan sano, apartándose del ruido y del estrés que producen las ciudades. Caminos que recorre a la par que conoce parajes y paisajes nuevos. Transitando por ellos, recupera de primera mano las viejas rutas de la "caminería" (cañadas reales, vías pecuarias, antiguos caminos de herrería, vías de tren en desuso - las llamadas vías verdes -, itinerarios históricos y literarios y otros varios).
Caminos que se hicieron y que volvemos a repetir, una y otra vez tras los pasos, por el mero hecho y placer de esa mirada al horizonte, de ese esfuerzo que traspasamos, de ese sudor que se transforma en sueño, en montaña, y que hace que repitamos y repitamos.
Unas cuantas normas, respecto a la naturaleza, corazón y cordura y tendremos en nuestras manos, bajo el placer de nuestras huellas, todo un amplio mundo, y no tan lejano, por descubrir y hacerlo nuestro.
Aunque la Peña el Perol se caracteriza por su gran ambiente culinario, su caseta de feria y sus reuniones siempre acompañadas por suculentos guisos, un grupo de socios nos hemos animado a practicar tan bonito deporte, por supuesto este grupo no está cerrado y todo el que quiera sea socio o no será bien recibido.
Acabamos de empezar y no sé hasta dónde llegaremos, no sé si haremos mas senderos que nadie, o si pondremos mas banderitas que otros en aquellos sitios donde lleguemos. Pero la verdad es que nos hemos dado cuenta que lo que realmente importa no es acabar un sendero, sino el poder hacerlo y disfrutar de cada paso que damos, de cada montaña que vemos, de cada arroyo o rio, de cada buitre o águila, del canto de los pájaros, de los paisajes... en definitiva, del entorno que nos da la naturaleza. Quiero acabar esta presentación con una frase tópica donde las haya, pero que no deja de ser verdad, de un poeta que decía:
Caminante no hay camino, se hace camino al andar
|