La historia de una mujer, madre de quintillizos, marido en la guerra y un casero acechante para cobrar el alquiler, a 'priori' no parece que tenga mucha gracia. Sin embargo, el melodrama se reduce en el escenario para hacer de la desdicha un derroche de humor y energía.La compañía Pez en Raya maquina para que Cristina Medina se convierta en muchos. 'Sólala' se presenta en el Alfil con la actriz como protagonista en soledad, pero capaz de acompañarse de sus mil máscaras interpretativas. De esta manera, asume diversos roles durante la representación y es capaz de dominar diversas artes como el flamenco, el teatro de sombras o la magia.Esta autodenominada "explosión de teatro absurdo" ha contado con la inteligencia de David Sant, el director habitual de la compañía, con su compañero Joan Estrader y con Israel Galván, uno de los más innovadores bailaores de flamenco del momento.
UNA COMPAÑIA DE INDEFINIDOS
La denominación de teatro absurdo sirve para nombrar cualquier estilo o nombrar ninguno. Pero en el caso de Pez en Raya, no hay otra forma de definir su locura, su sentido exacto de cómo construir gags y un ritmo preciso que no decae en ningún momento.Cristina Medina y Joan Estrader integran la compañía. Ambos fraguaron su formación dramática en Londres allá por 1994, en la escuela Philippe Gaulier. Doce años después, han interpretado juntos una serie de seis trabajos, todos ellos de producción propia.Siete trabajos basados en la búsqueda de un lenguaje propio que se apunta claramente en los primeros montajes, 'Carcoma' y 'Mercí y me Fuí', que se consolida en 'Tápate' y que va creciendo con 'Pésame mucho' hasta llegar a 'Sólala' y 'Hot burrito' con más de 400 representaciones en España, Inglaterra e Italia.Detrás de todo, un trabajo en el que no cabe la rutina. Cada representación es distinta a la siguiente. Cada montaje es una sorpresa dentro y fuera del escenario.