2. ...y en la de los muertos. Carmona se jacta, y con mucha razón, de poseer una de las necrópolis romanas más importantes de Europa. No es una exageración: los terrenos de tierra rojiza situados en las afueras de la villa esconden una gigantesca urbe mortuoria en la que se han encontrado hasta restos tartésicos del siglo VII a.C. El lugar es fascinante para ser pateado con calma, descendiendo a las tumbas, admirando el culto a los muertos que profesaban los romanos o deleitándose ante la colosal tumba de Servilia. El complemento ideal a todo lo que se puede ver sobre el terreno es el Museo de la Ciudad (Tfno. 954 140 128 o www.museociudad.carmona.org). Por cierto, uno de los arqueólogos que trabajó en la necrópolis fue George Bonsor, un anglo-francés que, a principios del siglo XX, se instaló en Carmona. Entre excavación y excavación deglutía una torta dulce que elaboraban en una de las pastelerías de la localidad. Ello propició que en el obrador la bautizaran como la Torta del Inglés, que es como hoy se le conoce a esta sencilla pieza de repostería, tipiquísima en Carmona.
3. De taberna en taberna. El arte, lo hemos visto, está en las iglesias, yacimientos y calles, pero también en los bares. Cuando esto último ocurre, se llama tapeo. En Carmona hay mucho artista de este tipo y se concentra en la plaza de de Abastos, el sitio ideal para calentar motores. Allí pace La Paella que es famosa por una ídem deliciosa o el bacalao con tomate. En el otro extremo está An Cá Carmela, en el que hay que catar su lomo de atún al oloroso; o el Santa Catalina &ndashen el número 3&ndash con gran variedad de croquetas. Desde este foro, pasamos a otro, al de San Fernando, gobernado por el bar Plaza en el que preparan suculentas espinacas. ¿La puntilla? Ésta se puede dar a lo largo de la calle Prim: saltado desde el Goya &ndashimprescindibles sus albóndigas de ternera&ndash hasta El Arco &ndashpresa ibérica con mojó picón canario&ndash, pasando por El Tempranillo &ndashla cazuelita del pescador&ndash y El Tapeo, destacando sus berenjenas con salmorejo. Quien quiera gozar de silla, mesa y mantel, en la Taberna El Zahorí (Costanilla del Pozo Nuevo s/n. Tfno. 95 419 01 05) encontrará lo que busca: cocina típica en cazuelitas y raciones.
4. Animales de piedra. Fiel a la moda gótica, la iglesia prioral de Santa María se cubrió de gárgolas en el siglo XVI. Colgaban de muros, repisas y aleros pero el paso del tiempo hizo mella en ellas y hubo que intervenir. Hace diez años, dos de las antiguas fueron restauradas y cuatro nuevas fueron añadidas, lo que explica la presencia de un perro (¡) en la esquina con la calle San Ildefonso. Se trata de Pepe Chamorro un can vagabundo que, durante años, paseó por las calles de Carmona tras el afecto de los transeúntes. A su muerte, el bicho se ganó el cielo y, también, un lugar privilegiado en el exterior del templo. Santa María, por su parte, nació marcada por la influencia de catedral de Sevilla, de ahí que también cuente un Patio de los Naranjos.